sexta-feira, 31 de outubro de 2008

Missa Pontifical na Forma Extraordinária do Rito Romano em Imperia na Itália celebrada pelo Bispo diocesano





Na Festa de Cristo Rei do Universo de acordo com o calendário litúrgico tradicional, se celebrou uma solene Missa Pontifical na Forma Extraordinária na Co-Catedral de Imperia (Liguria-Italia), presidida por seu bispo, Dom Mario Oliveri, por ocasião da profissão dos Votos Solenes de sete irmãs Franciscanas da Imaculada.

No primeiro vídeo vê-se o Bispo que se paramenta para a Missa Pontifical. Sobre isso confira artigo de New Liturgical Moviment, no qual, em um estudo comparado de liturgia, se mostra a semelhança da liturgia católica clássica e aquela bizantina dos cristãos do orientais.

Novo Altar sob a Cátedra na Basílica de São Pedro em Roma


O site Rinascimento Sacro do Movimento Litúrgico Beneditiano na Itália informa a interessante substituição do altar de estilo moderno que se encontrava sob a Cátedra de São Pedro por um mais de acordo com o estilo a da Basílica vaticana.

quarta-feira, 29 de outubro de 2008

Publicado texto integral da introdução ao primeiro volume da Opera Omnia de Bento XVI


Prefacio al primer volumen de mis escritos
por Joseph Ratzinger

El Concilio Vaticano II inició sus labores con la discusión del esquema sobre la liturgia, que luego fue solemnemente votado el 4 de diciembre de 1963 como primer fruto de la gran asamblea de la Iglesia, con el rango de una constitución. Que el tema de al liturgia fuera su primer resultado fue considerado a primera vista más bien una casualidad. El Papa Juan había convocado la asamblea de obispos con una decisión compartida por todos con alegría, para reafirmar la presencia del cristianismo en una época de profundos cambios, pero sin proponer un determinado programa. Desde la comisión preparatoria se había reunido una amplia serie de proyectos. Pero faltaba una brújula para poder encontrar el camino en medio de esta abundancia de propuestas. Entre tantos proyectos el texto sobre la sagrada liturgia pareció ser aquel sobre el cual había menos discusión. Así, se presentó como el más adecuado, como una especie de ejercicio - por llamarlo así - con el cual los Padres podían aprender los métodos de trabajo conciliar.

Lo que a simple vista podría parecer una casualidad, también se revela - mirando a partir de la jerarquía de los temas y de las tareas de la Iglesia - como la cosa intrínsecamente más correcta. Comenzando con el tema "liturgia", se puso inequívocamente a la luz el primado de Dios, la prioridad del tema "Dios". Dios ante todo, así nos lo dice el inicio de la constitución sobre la liturgia. Cuando la mirada de Dios no es determinante todo lo demás pierde su orientación. Las palabras de la regla benedictina "Ergo nihil Operi Dei praeponatur" (43, 3: "Por lo tanto no se anteponga nada a la obra de Dios") valen en modo específico para el monaquismo, pero tienen valor, como orden de las prioridades, también para la vida de la Iglesia y de cada uno en el modo que le corresponde. Quizá es útil recordar aquí que en el término "ortodoxia" la segunda mitad de la palabra, "doxa", no significa "opinión" sino "esplendor", "glorificación": no se trata de una correcta opinión sobre Dios, sino de un modo correcto de glorificarlo, de darle una respuesta. Ya que esta es la pregunta fundamental del hombre que comienza a entenderse a sí mismo de la manera correcta: ¿cómo debo encontrar a Dios? Así, aprender el modo correcto de adorar - la ortodoxia - es lo que nos viene dado sobre todo por la fe.

Cuando decidí, después de algunas indecisiones, aceptar el proyecto de una edición de todas mis obras, me quedó claro inmediatamente que debería valer en ella el orden de las prioridades del Concilio, y que por lo tanto el primer volumen en salir debía ser el que contenía mis escritos sobre la liturgia. La liturgia de la Iglesia ha sido para mí, desde mi infancia, la actividad central de mi vida, y también se ha vuelto, en la escuela teológica de maestros como Schmaus, Söhngen, Pascher y Guardini, en el centro de mi trabajo teológico. Como materia específica he escogido la teología fundamental, porque quería ante todo ir hasta el fondo de la pregunta "¿por qué creemos?" Pero en esta pregunta estaba incluida desde el inicio la otra sobre la correcta respuesta que se ha de dar a Dios, y por tanto también la pregunta sobre el servicio divino. Precisamente desde este punto deben ser entendidos mis trabajos sobre la liturgia. No me interesaban los problemas específicos de la ciencia litúrgica, sino el anclarse de la liturgia en el acto fundamental de nuestra fe y por tanto también su lugar en nuestra entera existencia humana.

Este volumen recoge entonces todos mis trabajos de pequeña y mediana dimensión con los cuales en el curso de los años, en ocasiones y desde perspectivas diferentes, he tomado posición sobre cuestiones litúrgicas. Después de todas las contribuciones que nacieron de este modo, fui impulsado finalmente a presentar una visión de conjunto que apareció en el año jubilar del 2000 bajo el título "El espíritu de la liturgia. Una introducción" y que constituye el texto central de este libro.

Lamentablemente casi todas las reseñas se centraron en un pequeño capítulo: "El altar y la orientación de la oración en la liturgia". Los lectores de las reseñas debieron deducir que la obra completa trataba sólo de la orientación de la celebración y que su contenido se reducía a querer reintroducir la celebración de la misa "con las espaldas dirigidas al pueblo". En consideración a esta distorsión he pensado por un momento en suprimir este capítulo (de apenas nueve páginas de un total de doscientas) para poder reconducir la discusión al verdadero argumento que me interesaba y sigue interesándome en el libro. Esto habría sido más fácilmente posible por el hecho de que mientras tanto aparecieron dos excelentes trabajos en los cuales la cuestión de la orientación de la oración en la Iglesia del primer milenio ha sido aclarada en modo convincente. Pienso ante todo en el importante librito de Uwe Michael Lang, "Vueltos al Señor. La orientación en la oración litúrgica" (traducción italiana: Cantagalli, Siena 2006), y en modo del todo particular a la gran contribución de Stefan Heid, "Actitud y orientación de la oración en la primera época cristiana" (en "Revista de Arqueología Cristiana 72, 2006), en la que las fuentes y bibliografía sobre dicho tema resultan ampliamente ilustradas y puestas al día.

El resultado es del todo claro: la idea que sacerdote y pueblo en la oración deberían mirarse recíprocamente nació sólo en la cristiandad moderna y es completamente extraña en la antigua. Sacerdote y pueblo ciertamente no rezan el uno hacia el otro, sino hacia el único Señor. Por tanto durante la oración miran en la misma dirección: o hacia Oriente como símbolo cósmico para el Señor que viene, o, donde esto no fuese posible, hacia una imagen de Cristo en el ábside, hacia una cruz o simplemente hacia el cielo, como hizo el Señor en la oración sacerdotal la noche antes de su Pasión (Jn 17, 1). Mientras tanto se está abriendo paso cada vez más, afortunadamente, la propuesta hecha por mí al final del capítulo en cuestión en mi obra: no proceder a nuevas transformaciones, sino proponer simplemente la cruz al centro del altar, hacia la cual puedan mirar juntos el sacerdote y los fieles, para dejarse guiar in tal modo hacia el Señor, al que todos juntos rezamos.

Pero de nuevo, con esto, quizá he dicho demasiado sobre este punto, que representa apenas un detalle de mi libro, y que podría incluso dejar de lado. La intención fundamental de la obra era la de colocar la liturgia por encima de las cuestiones con frecuencia mezquinas sobre esta o aquella forma, en su importante relación que he buscado describir en tres ámbitos que están presentes en todos y cada uno de los temas. Está ante todo la íntima relación entre Antiguo y Nuevo Testamento; sin la relación con la heredad veterotestamentaria la liturgia cristiana es absolutamente incomprensible. El segundo ámbito es la relación con las religiones del mundo. Y se agrega en fin el tercer ámbito: el carácter cósmico de la liturgia, que representa algo más que la simple reunión de un círculo más o menos grande de seres humanos; la liturgia es celebrada dentro de la amplitud del cosmos, abraza al mismo tiempo la creación y la historia. Esto es lo que se pretendía con la orientación de la oración: que el Redentor al cual rezamos es también el Creador, y así en la liturgia también está siempre presente el amor por la creación y la responsabilidad en relación a ella. Estaré contento si esta nueva edición de mis escritos litúrgicos puede contribuir a que se vean las grandes perspectivas de nuestra liturgia y colocar en su correspondiente lugar ciertas controversias mezquinas sobre formas exteriores.

Finalmente, y sobre todo, siento el deber de agradecer. Mi agradecimiento se debe ante todo, al obispo Gerhard Ludwig Muller, que ha tomado en sus manos el proyecto de la "Opera omnia" y ha creado las condiciones tanto personales como institucionales para su realización. De manera muy particular quisiera agradecer al Prof. Dr. Rudolf Voderholzer, que ha invertido tiempo y energías en medida extraordinaria en la recolección y en la separación de mis escritos. Agradezco también al señor Dr. Christian Schaler, que lo asiste de manera activa. Finalmente, va mi sincero agradecimiento a la casa editora Herder, que con gran amor y precisión ha asumido el honor de este difícil y fatigoso trabajo. Que todo ello pueda contribuir a que la liturgia sea comprendida en modo siempre más profundo, y celebrada dignamente. "La alegría del Señor es nuestra fuerza" (Ne 8, 10).

Roma, fiesta de los santos Pedro y Pablo, 29 de junio del 2008

El editor de la "Opera omnia" de Joseph Ratzinger en la lengua original alemana: Verlag Herder

La liturgia come strumento di unità


Pubblicato il Messale Ordinario Tradizionale
di Antonio Gaspari

E’ appena giunto nelle librerie il “messale ordinario tradizionale italiano – latino” (Edizioni Fede & Cultura, 64 pagine, 7,00 Euro).
Intervistato da ZENIT il professor Giovanni Zenone, Direttore editoriale di Fede & Cultura, ha spiegato che “la pubblicazione di questo Messale Festivo Tradizionale ad uso dei fedeli cattolici vuole rispondere ad un’esigenza sempre più diffusa da parte di tutta la cristianità, in comunione con il regnante Pontefice Benedetto XVI, di poter cogliere e apprezzare la bellezza liturgica e la profondità del messaggio cristiano”.
Nell’introduzione al volumetto Zenone ha scritto che il Messale Ordinario Tradizionale “è un rito carico di storia, di testi straordinari scritti nel corso dei secoli da poeti e da santi, arricchito dal canto gregoriano, e da una abbondanza di simboli e di significati profondi”. (leia mais...)

segunda-feira, 27 de outubro de 2008

PARTES MÓVEIS DA SANTA MISSA LATIM/PORTUGUÊS - 02 DE NOVEMBRO

«Tarde eu Te amei, Beleza tão antiga e tão nova! Tarde eu Te amei...

Tu estavas dentro de mim, e eu Te procurava fora, onde me precipitava sobre as belas coisas da terra, tuas obras.

Tu estavas comigo, e eu não estava contigo, mantido longe de Ti por aquelas criaturas, que, se não estivessem contigo, não existiriam.

Tu estavas dentro de mim, e eu estava fora.

Tu chamaste, gritaste e rompeste a minha surdez.»
(Santo Agostinho, Confissões, X, 27)

domingo, 26 de outubro de 2008

João Paulo II, Bento XVI e o Rito Gregoriano: as origens do Summorum Pontificum

Apresentamos algumas respostas do Card. Castrillón Hoyos, publicadas no site da Pontifícia Comissão Ecclesia Dei, e traduzidas por La Buhardilla de Jerónimo para o espanhol.
Nestas respostas fala da substituição das antigas normas (emanadas em 1984 e 1988) a respeito da celebração do Rito Gregoriano por aquelas contidas no Motu Proprio Summorum Pontificum do Papa Bento XVI.
Interessante a referência que faz à Comissão Cardinalícia que o Servo de Deus o Papa João Paulo II instituiu em 1986 para estudar a complexa questão litúrgica e, em particular, a vigência do Missal de João XXIII e o direito de qualquer sacerdote de celebrá-lo.
Neste texto se vê a continuidade existente entre o pensamento de João Paulo II e Bento XVI a este respeito.



Respuestas del Cardenal Presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei” a ciertas preguntas

Desde el momento en que llegaron a la Pontificia Comisión Ecclesia Dei frecuentes preguntas sobre las razones del Motu Proprio Summorum Pontificum, algunas de las cuales se fundan en las prescripciones del documento Quattuor abhinc annos enviado el 3 de octubre de 1984 a las Conferencias Episcopales, el Presidente de la misma Comisión, el Eminentísimo Cardenal Darío Castrillón Hoyos, ha considerado oportuno dar las siguientes respuestas:
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Pregunta: ¿Es lícito referirse a la Carta Quattuor abhinc annos para regular las cuestiones relacionadas con la celebración de la Forma extraordinaria del Rito Romano, es decir, según el Misal Romano de 1962?
Respuesta: Evidentemente no. Ya que, con la publicación del Motu Proprio Summorum Pontificum, decaen las prescripciones para el uso del Misal de 1962, precedentemente emanadas por la Quattuor abhinc annos y sucesivamente por el Motu Proprio Ecclesia Dei Adflicta del Siervo de Dios Juan Pablo II.
De hecho, el mismo Summorum Pontificum, desde el artículo 1 afirma explícitamente que “las condiciones para el uso de este Misal establecidas en los documentos anteriores Quattuor abhinc annos y Ecclesia Dei, serán sustituidas”. El Motu Proprio enumera las nuevas condiciones.
Por lo tanto, no se podrá referir más a las restricciones establecidas por aquellos dos documentos para la celebración según el Misal de 1962.
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Pregunta: ¿Cuáles son las diferencias esenciales entre el último Motu Proprio y los dos precedentes documentos referentes a esta materia?
Respuesta: La primera diferencia esencial es ciertamente que ahora es lícito celebrar la Santa Misa según el Rito extraordinario, sin necesidad de un permiso especial llamado “indulto”. El Santo Padre Benedicto XVI ha establecido, de una vez por todas, que el Rito Romano consta de dos Formas, a las cuales ha querido dar el nombre de “Forma Ordinaria” (la celebración del Novus Ordo, según el Misal de Pablo VI de 1970) y “Forma Extraordinaria” (la celebración del Rito gregoriano, según el Misal del Beato Juan XIII de 1962) y ha confirmado que este Misal de 1962 no ha sido nunca abrogado. Otra diferencia es que en las Misas celebradas sin pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, secular o religioso, puede usar uno u otro Misal (art. 2). Además, en las Misas sin pueblo o con pueblo, corresponde al párroco o al rector de la iglesia donde se quiere celebrar, dar el permiso a todos aquellos sacerdotes que presenten el “celebret” dado por el proprio Ordinario. Si estos negasen el permiso, el Obispo debe, según la norma del Motu Proprio, asegurar que el permiso sea concedido (cfr. art. 7).
Es importante saber que una Comisión Cardenalicia “ad hoc”, desde el 12 de diciembre de 1986, formada por los Eminentísimos Cardenales Paul Augustin Mayer, prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Agostino Casaroli, Bernardin Gantin, Joseph Ratzinger, William Baum, Edouard Gagnon, Alfons Stickler, Antonio Innocenti, había sido creada “por voluntad del Santo Padre, con el fin de examinar los posibles procedimientos a realizar para remediar la constatada ineficacia del Indulto Pontificio Quattuor abhinc annos (sobre la restauración de la llamada “Santa Misa Tridentina” en la Iglesia Latina con el Misal Romano de la Edición típica de 1962), emanado por la Congregación para el Culto Divino con Prot. N. 686/84 del 3 de octubre de 1984”. Con este fin, ya entonces, esta Comisión había propuesto al Santo Padre Juan Pablo II algunos elementos esenciales que han sido retomados en el Motu Proprio Summorum Pontificum.
Me permito hacer una síntesis del acta que presenta las intervenciones de los Eminentísimos Cardenales para entender cómo los documentos posteriores reflejan sustancialmente la visión que una Comisión cardenalicia tan importante ha tenido poco tiempo después del Quattuor abhinc annos. En resumen, se ha afirmado que:
- “el interés, deseo y atención del Santo Padre (Juan Pablo II) era la promoción de la concordia interna en la Iglesia y la edificación, por ella, de los hermanos”;
- “esto era realizado por medio de la primaria recomposición de la comunión en la práctica de la “lex orandi”, con la correcta realización de la reforma litúrgica, también en el debido respeto de las legítimas exigencias de grupos minoritarios pero frecuentemente diversos, no sólo por la plena ortodoxia teórica sino también por una auténtica ejemplaridad de práctica de vida cristiana intensamente vivida y de sincera y devota adhesión a la Sede Apostólica”;
- “por lo tanto, tenía que ser deber de conciencia por parte de todos (Obispos, sacerdotes y fieles) eliminar los arbitrios escandalosos que una “creatividad” mal entendida ha producido, dando lugar a las consideradas “Misas selvagge” y otras desacralizaciones que han herido a muchos de estos fieles alejándolos de la facilidad de aceptación de la reforma litúrgica y de los nuevos Libros Rituales, incluido el Misal, que por desgracia han sido presentados erróneamente, y precisamente por esa no edificante desacralización, casi como causa de ella.
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En la misma Comisión se proponía que:
- “fuera confirmado, por parte del Dicasterio competente, que el Papa quería la pacificación interna entre todos los fieles de las Iglesias locales mediante la aplicación concreta de la concesión por él realizada con el indulto”;
- “fuera ejecutada, por parte de los Obispos, la voluntad del Sumo Pontífice poniéndose espiritualmente en sintonía con Sus intenciones”;
- “fuera dada una respuesta adecuada, por parte de los Obispos, a aquellos que quisieran desalentar la aplicación del indulto, presentándolo como motivo de división en lugar de recomposición. La respuesta no debía ser polémica sino pastoral explicando, con delicadeza y paciencia, la letra y el espíritu del indulto”.
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Además, se afirmaba con autoridad que:
- “el verdadero problema en cuestión no parecía ser tanto el conflicto artificial que el indulto intentaba resolver sino más bien aquel que había sido la verdadera causa, es decir, el conflicto entre la correcta aplicación de la reforma litúrgica y el tolerado exceso de abusos producido por la fantasía descontrolada. Por lo tanto, más allá del indulto, era necesaria una intervención de un nivel mucho más general por parte de la Santa Sede para eliminar el exceso de abusos, deformador de la reforma litúrgica conciliar”;
- “así como se presentaba, el indulto daba, por un lado, la impresión de que la Misa en latín llamada Tridentina fuera una realidad inferior y de segundo orden que era restaurada sólo por tolerante conmiseración para quienes la pedían; por otro lado, daba la impresión, por todas las difíciles condiciones que contenía, de que la misma Santa Sede la consideraba así y que no la habría concedido si no se hubiese visto obligada a hacerlo”;
- “era necesario reafirmar y aclarar a los Obispos la verdadera voluntad del Santo Padre que no consistía negativamente en una concesión de tolerancia, sino más bien, positivamente, en una verdadera y precisa iniciativa pastoral tomada no para calmar las reacciones a los abusos sino para recomponer la disensión en la reconciliación”;
- “era necesario quitar todas las condiciones contenidas en el indulto para quitar la impresión tenida por los Obispos de que la Santa Sede no lo quería, y la impresión por parte de los fieles de que estarían pidiendo algo apenas tolerado por la Santa sede”.
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En las intervenciones de los Cardenales se veía que:
- “se era favorable a la concesión del indulto a todos los fieles y sacerdotes que querían servirse «in aedificationem» y sin instrumentalización anticonciliar”;
- “era necesario hacer entender: a los Obispos que el indulto correspondía a una voluntad del Papa que debía ser observada, y a los fieles que debían pedir con respeto la realización de la voluntad del Papa para que los Obispos, frente a los respetuosos pedidos, no tuviesen más motivo para negarse”;
-“sería necesario preguntarse si, para favorecer la reconciliación, era realmente necesario pedir el consenso del Obispo para celebrar la Santa Misa en latín”;
- “como actitud general habría que aliviar la rigurosidad de las condiciones limitativas del indulto mismo y eliminar aquellas agregadas por los Obispos”;
- “en lo que refería a la reserva a los grupos, ya que el indulto fue concebido para ellos, era necesario mantenerla pero iuxta modum: por un lado, no entendiendo por grupo a tres o cuatro personas y, por otro lado, no prohibiendo que a los grupos que tomaran la iniciativa pudieran agregarse otras personas en la práctica de la concesión obtenida”.
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En la misma Comisión, se hacía presente que:
- “no había dificultad en permitir las lecturas en lengua vernácula”;
- “en cuanto al uso facultativo del leccionario, había alguna reserva temiendo confusión a causa de la no perfecta correspondencia al calendario de los dos Misales. Al mismo tiempo, no se veía ninguna dificultad en permitir el uso de los Prefacios del nuevo Misal”.
- “habrían de ser quitadas las condiciones agregadas por los Obispos y también aquellas relativas a las iglesias no parroquiales y a los grupos contenidos en el indulto”.
- “considerando que el latín, como expresión de unidad, no puede y no debe desaparecer de la Iglesia, y deseando los Obispos más bien ser “ayudados” en lugar de demasiado “respetados” en sus prerrogativas, era necesario ir a su encuentro reduciendo la compleja casuística condicionante del indulto a criterios de mayor simplicidad; se podía así también eliminar la impresión de que, con aquellas condiciones, la Santa Sede quisiera dar a entender que había concedido el indulto sólo “obtorto collo”. Además, al hacer esto, se podía poner en evidencia la coherencia evolutiva de las disposiciones pontificias correctivas, remediando contraposiciones contradictorias.
- Citando el número 23 de la Sacrosanctum Concilium, “a propósito de los criterios que debían ser observados en la conciliación entre tradición y progreso en la reforma litúrgica, y el número 26 del mismo documento conciliar, a propósito de las normas que debían presidir tal reforma, como derivadas de la naturaleza jerárquica y comunitaria de la liturgia, se proponía insistir en el eventual documento de revisión del indulto: en la objetividad y no arbitrariedad de la aplicación de la reforma litúrgica; del mismo modo, hacer entender cómo el uso de la lengua latina en una u otra edición del Misal Romano debía ser considerado en el ámbito de esta lógica; de conceder, al menos en las grandes ciudades, que en los días festivos se pueda celebrar en cada iglesia una Santa Misa en latín con libre elección de una u otra edición típica (1962 o 1970) del Misal Romano”.
- “se ha propuesto, también, ampliar la concesión del indulto a los Ordinarios, a los Superiores religiosos Generales o Provinciales, y otros”.
- “acerca de la necesidad del consentimiento del Obispo para la celebración de la Santa Misa en latín, ha sido recordado que Pablo VI dijo que, de por sí, el sacerdote en privado debería celebrar en latín ya que la concesión hecha para el uso de las lenguas vernáculas es sólo de orden pastoral, para permitir a los fieles comprender los contenidos del rito y, de ese modo, participar mejor”.
- “se ha confirmado la necesidad de dejar libre la opción del uso de uno u otro Misal para celebración de la Santa Misa en latín”.
- “acerca del tipo de intervención, se optaría por un nuevo documento pontificio (Papal) en el que, observando la actual situación real de la reforma litúrgica, se estableciera claramente la mencionada libertad de elección entre los dos Misales en latín, presentando el uno como desarrollo y no como contraposición del otro, y eliminando la impresión de que cada Misal sería el producto temporal de una época histórica”.
- “refiriéndose a las precedentes atenciones expresadas, se ha reafirmado la necesidad de asegurar la evidencia de la lógica linealidad evolutiva de los documentos de la Iglesia y de la libre opción entre los dos Misales para la celebración de la Santa Misa, y se ha propuesto poner en evidencia que éstos no pueden ser considerados sino el uno como desarrollo del otro ya que las normas litúrgicas, no siendo propiamente “leyes”, no pueden ser abrogadas sino subrogadas: las precedentes en las sucesivas”. De todo esto se ha informado al Santo Padre.

VIVA CRISTO REI!

sábado, 25 de outubro de 2008

Zenit: Opera Omnia do Papa pretende superar polêmicas litúrgicas

Propõe o primado de Deus, na apresentação do primeiro volume
«Eu ficaria muito feliz se a nova publicação de meus escritos litúrgicos pudesse contribuir para tornar visíveis as grandes perspectivas de nossa Liturgia, voltando a colocar em seu lugar as míseras e pequenas diatribes sobre as formas exteriores», escreve o Papa na apresentação do primeiro volume, dedicado precisamente à liturgia.

quinta-feira, 23 de outubro de 2008

PAPA EM INTRODUÇÃO À SUA "OPERA OMNIA" PUBLICADA NA ALEMANHA FALA SOBRE SEU PENSAMENTO LITÚRGICO





Esta mañana, en el Vaticano, fue presentado el primer volumen en lengua alemana de la Opera omnia de Joseph Ratzinger. En Conferencia de Prensa intervino el Obispo de Ratisbona, Monseñor Gerhard Müller, y la presentación de la colección fue escrita por el Obispo de Roma, Benedicto XVI.
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El primer volumen de su Opera Omnia es el tomo XI, dedicado enteramente a sus escritos sobre liturgia. El Papa afirma que se siente contento de que la colección de sus escritos comience precisamente por la liturgia ya que “desde la infancia ha sido para mí la realidad central de mi vida, capaz de responder a la pregunta « ¿por qué creemos?»”.
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El Papa, en la introducción, hace una especial referencia a su libro “El espíritu de la liturgia”, publicado en el año 2000, recordando que en aquel momento “casi todos los comentarios se centraron, lamentablemente, en algunos capítulos: el altar y la dirección de la oración en la liturgia. Los lectores de los comentarios deben estar convencidos de que todo el libro trataba sobre la orientación en las celebraciones y que su contenido era querer reintroducir la Misa «de espaldas al pueblo»”.
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Benedicto XVI confiesa luego: “Frente a estas interpretaciones, por un cierto tiempo he pensado en eliminar aquel capítulo –nueve páginas de un total de doscientas – de manera que finalmente pudiera quedar en evidencia lo que me interesaba efectivamente en el libro”. Y manifiesta que estudios sucesivos (como el de U.M. Lang y el de S. Heid) han mostrado que las ideas de fondo eran correctas: “la idea de que el sacerdote y los fieles debían mirarse unos a otros durante la oración ha surgido por primera vez en la era moderna y es completamente extraña al cristianismo antiguo ya que el sacerdote y los fieles no rezan uno al otro sino dirigidos al Señor”.
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Finalmente, el Papa alemán concluye: “Mientras tanto, afortunadamente se afirma cada vez más la propuesta realizada al final del capítulo denunciado: no cambiar la disposición de las iglesias sino simplemente poner una cruz en medio del altar, a la que miran juntos el sacerdote y los fieles, para dejarse así conducir al Señor, al cual todos juntos oramos”.

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Fonte: Papa Ratzinger Blog Tradução e edição: La Buhardilla de Jerónimo


Liturgia, a confissão de Bento XVI: “A melhor maneira de celebrar a Missa é com o sacerdote de costas para os fiéis, mas em 2000 estive a ponto de me autocensurar”.

CIDADE DO VATICANO – Bento XVI foi tentado a eliminar as nove páginas nas quais explicava no ano 2000, quando ainda era o Cardeal Joseph Ratzinger, porque voltar o celebrante para os fiéis, como aconteceu depois do Concílio, representa uma escolha discutível, que contribuiu em muitos casos para tornar menos autênticas as liturgias. O próprio Pontífice confessa-o na apresentação ao primeiro volume que recolhe sua ‘Opera Omnia’, publicada na Alemanha por iniciativa da Conferência Episcopal Alemã.

As causas que o levaram a considerar o corte do texto (hipótese todavia descartada), explica o Papa, foram as polêmicas suscitadas por um capítulo de seu livro ‘O espírito da liturgia. Uma introdução’, publicado precisamente no ano 2000, no qual era recordado o motivo teológico da orientação tradicional dos altares. Nove páginas apenas que catalisaram a atenção da mídia, por terem sido assinadas pelo então Prefeito da Congregação para a Doutrina da Fé. E que hoje resultam assinadas pelo Papa. Se bem que alguém pudesse ler tais páginas como um convite a devolver aos altares sua antiga disposição, a proposta concreta que emergia há oito anos (que o Ofício de Celebrações Litúrgicas do Pontífice está pondo em prática) era, explica Bento XVI, “não fazer novas transformações, mas simplesmente pôr no centro do altar a cruz para a qual sacerdotes e fiéis se voltam conjuntamente, para se deixar conduzir pelo Senhor a quem todos rezam conjuntamente”. “Infelizmente – prossegue o Pontífice na introdução – quase todas as recensões se concentraram em alguns capítulos: o altar e a direção da oração da liturgia. Os leitores das recensões devem ter se convencido que todo o livro tratava da direção nas celebrações e que seu conteúdo visava a reintroduzir a Missa ‘de costas para o povo’. Considerando estas representações – confessa o Papa – por um tempo pensei em eliminar aquele capítulo – nove páginas em cerca de duzentas- de modo que pudesse finalmente emergir aquilo que no livro efetivamente me interessava”.

Serviram para convencer o Pontífice a não se autocensurar os livros publicados em seguida pelos teólogos U. M. Lang (com prefácio do próprio Ratzinger) e S. Heid, que “tornaram mais clara a matéria”, aprofundando aquilo que nas nove páginas era apenas mencionado, ou seja, que o celebrante não é o protagonista da liturgia para o qual os olhares devem se dirigir. Ele, assim como os fiéis, deve ao invés orar e olhar para o Senhor que se faz presente na Missa. “A idéia de que sacerdotes e fiéis na oração olham um para o outro foi introduzida somente nos tempos modernos e era completamente alheia aos antigos cristãos”, recorda a propósito o Papa. Os volumes de sua ‘Opera Omnia’ serão 16 ao todo. O primeiro a ser publicado é numerado como 11º porque o Pontífice sugeriu que iniciassem com o tema da liturgia, seguindo a ordem dos documentos do Concílio. O volume que será numerado como primeiro irá conter a tese de láurea e de doutorado de Joseph Ratzinger.

Fonte: Petrus Tradução: Oblatus

sexta-feira, 17 de outubro de 2008

O Motu Proprio Summorum Pontificum e a pacificação da Igreja


Entre tantos estudos contidos na página web da Pontifícia Comissão Ecclesia Dei propomos este interessante artigo sobre a pacificação da Igreja consigo mesma do Pe. Gabriel Díaz Patri: El Motu Proprio 'Summorum Pontificum' y la pacificación de la Iglesia

"El Papa Benedicto XVI con la promulgación del Motu Proprio Summorum Pontificum ha buscado, esto es claro, la pacificación de la Iglesia. Pero no se trata en el fondo únicamente de la paz con grupos más o menos rebeldes, ni la pacificación entre corrientes opuestas que crean tensión en el seno de la institución, sino la pacificación de la Iglesia consigo misma, con su memoria común, para que redescubra su identidad litúrgica en la riqueza de la continuidad".

quarta-feira, 15 de outubro de 2008

Pronta Instrução Aplicativa do Motu Proprio Summorum Pontificum

Segundo Bruno Volpe de Pontifex estaria concluída a Instrução Aplicativa do Motu Proprio.
Apresentamos a tradução do artigo para o espanhol feita por La Buhardilla.

PARTES MÓVEIS DA SANTA MISSA LATIM/PORTUGUÊS COM COMENTÁRIO DO PAPA BENTO XVI - 26 DE OUTUBRO

"O Evangelho de hoje repropõe-nos uma parte do dramático interrogatório ao qual Pôncio Pilatos submeteu Jesus, quando lhe foi entregue com a acusa de ter usurpado o título de "rei dos Judeus".

Às perguntas do governador romano, Jesus respondeu afirmando que era rei, mas não deste mundo (cf. Jo 18, 36). Ele não veio para dominar sobre os povos e territórios, mas para libertar os homens da escravidão do pecado e reconciliá-los com Deus. E acrescentou: "Para isto nasci, para isto vim ao mundo: para dar testemunho da Verdade. Todo aquele que vive da Verdade escuta a minha voz" (Jo 8, 37).

Mas qual é a "verdade" que Cristo veio testemunhar no mundo? Toda a sua existência revela que Deus é amor: portanto, é esta a verdade da qual Ele deu testemunho pleno com o sacrifício da sua própria vida no Calvário. A Cruz é o "trono" do qual manifestou a sublime realeza de Deus-Amor: oferecendo-se em expiação pelos pecados do mundo, Ele derrotou o domínio do "príncipe deste mundo" (Jo 12, 31) e instaurou definitivamente o Reino de Deus. Reino que se manifestará em plenitude no fim dos tempos, quando todos os inimigos, e por fim a morte, tiverem sido submetidos (cf. 1 Cor 15, 25-26). Então o Filho entregará o Reino ao Pai e finalmente Deus será "tudo em todos" (1 Cor 15, 28). O caminho para chegar a esta meta é longo e não admite atalhos: de facto, é necessário que cada pessoa acolha livremente a verdade do amor de Deus. Ele é Amor e Verdade, e quer o amor quer a verdade nunca se impõem: batem à porta do coração e da mente e, onde podem entrar, trazem paz e alegria. É este o modo de reinar de Deus; este é o seu projecto de salvação, um "mistério" no sentido bíblico da palavra, isto é, um desígnio que se revela pouco a pouco na história.

Com a realeza de Cristo foi associada de maneira muito singular a Virgem Maria. A ela, humilde jovem de Nazaré, Deus pediu que fosse a Mãe do Messias, e Maria correspondeu totalmente a esta chamada unindo o seu "sim" incondicionado ao do Filho Jesus e tornando-se obediente com Ele até ao sacrifício. Por isto Deus a exaltou acima de cada criatura e Cristo coroou-a Rainha do Céu e da Terra. Confiamos à sua intercessão a Igreja e a humanidade inteira, para que o amor de Deus possa reinar em todos os corações e se cumpra o seu desígnio de justiça e de paz".
Bento XVI

quinta-feira, 9 de outubro de 2008

CAPELA PAPAL EM OCASIÃO DO 50º ANIVERSÁRIO DE MORTE DE PIO XII, O GRANDE


"Caros irmãos e irmãs, enquanto rezamos para que prossiga felizmente a causa de beatificação do Servo de Deus Pio XII, é bonito lembrar que a santidade foi o seu ideal, um ideal que nunca deixou de propor a todos".
Bento XVI durante a homilia
Veja as fotos da Santa Missa

quarta-feira, 8 de outubro de 2008

50º ANIVERSÁRIO DO FALECIMENTO DO SERVO DE DEUS O GRANDE PAPA PIO XII

1958 - 09 DE OUTUBRO - 2008

Tumba de Pio XII nas Grutas Vaticanas diante da Capela Clementina, a qual é a mais próximo do Túmulo de Pedro

Estátua de Pio XII no recinto do Santuário de Nossa Senhora em Fátima, o qual foi ordenado Bispo dia 13 de maio de 1917, data da primeira aparição da Santíssima Virgem Maria aos pastorinhos de Fátima
Estátua de Pio XII na Basílica Vaticana

ICRSS ELEVADO A DIREITO PONTIFÍCIO

No vigésimo ano de sua existência o Instituto de Cristo Rei Sumo Sacerdote é elevado a Direito Pontifício por Decreto da Pontifícia Comissão Ecclesia Dei.

domingo, 5 de outubro de 2008

WEBSITE OFICIAL DA PONTIFÍCIA COMISSÃO "ECCLESIA DEI"

A Pontifícia Comissão Ecclesia Dei agora tem o seu site oficial como subsídio para a aplicação do Motu Proprio Summorum Pontificum: http://www.ecclesiadei-pontcommissio.org
Publicamos logo a seguir a carta de apresentação do site escrita pelo Card. Hoyos, Presidente desta Pontifícia Comissão:

PONTIFICIA COMISSÃO
«ECCLESIA DEI»
SUMMORUM PONTIFICUM

Afim de ter permanentemente informados os Bispos,os Sacerdotes, os Religiosos e os fiéis sob todos os aspectos relativos ao Uso Extraordinário do rito Latino e sobre cada expressão da Liturgia Gregoriana. Nesta Solenidade dos Santos Apóstolos Pedro e Paulo, a Pontifícia Comissão Ecclesia Dei inaugura o link “Web”, Summorum Pontificum.
Na estrutura desta Página Internet procuraremos incorporar em modo completo Documentos Oficiais, Materiais de estudo, Informações sobre acontecimentos, Comentários e Instrumentos áudio- visuais úteis para a compreensão e execução das Celebrações Litúrgicas.
Não pretendemos de nenhum modo realizar um link interactivo, mas antes oferecer informações e materiais em absoluta fidelidade à “mens” do Santo Padre,que manifestou a clara vontade de preservar e manter viva, em forma extraordinária, a riqueza teológica, espiritual, religiosa e artística da Liturgia Gregoriana.

Darío Castrillón Hoyos
Presidente Ecclesia Dei

Camillo Perl
Vice Presidente

19 Junho 2008