domingo, 21 de junho de 2009

Cardenal Rouco en la Renovación de la Consagración de España al Sagrado Corazón: «La descristianización no conduce a ningún futuro de salvación»


Miles de personas se congregaron esta mañana en la explanada del Cerro de los Ángeles, en Getafe, para asistir a una Eucarístia solemne para renovar la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. El Cardenal Rouco presidió la Eucaristía, acompañado por más de 30 obispos concelebrantes.

(Agencias) La explanada del Cerro de los Ángeles, en Getafe, ha acogido esta mañana la renovación de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en su 90º Aniversario, presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Mª Rouco Varela. En su homilía, Rouco ha recordado que «aquí, en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la Península Ibérica, se consagraba a España hace noventa años al Sagrado Corazón de Jesús ante la estatua que había sido levantada por la piedad cristiana del pueblo español en este lugar elegido sabiamente para expresar, esculpida en piedra, una plegaria ardiente e incesante: que el Sagrado Corazón de Jesús reinase en España por la gracia de su amor infinitamente misericordioso, elección, fruto de una luminosa toma de conciencia histórica y llena de un profundo significado espiritual para el presente y el futuro de España».

Unos tiempos, señaló, «recios», en los que «detrás de la desolación física se escondía el vacío moral y espiritual. Ni la llamada “cuestión social” con la hiriente y dramática explotación de los trabajadores y sus familias, ni la problemática de la deseada unidad y concordia de las naciones europeas habían encontrado nuevos horizontes que indicasen la recta dirección para una solución justa y duradera. En ellos, la Iglesia ofrecía “la propuesta del Misterio del Amor de Dios revelado y donado en Jesucristo para la salvación del hombre y, con la salvación del hombre, para la salvación del mundo.

También hoy necesita nuestra patria los bienes de la reconciliación, de la solidaridad, de la justicia, de la concordia y de la paz. El terrible atentado de ETA que le costó anteayer la vida a un servidor de la seguridad y de la paz de todos los españoles lo pone dramáticamente una vez más de manifiesto. Esos bienes los necesitan especialmente nuestros jóvenes generaciones y sus familias». El cardenal se preguntó si España puede «encontrar hoy los caminos de un futuro pleno de los bienes que constituyen y aseguran la dignidad de la persona y el bien común de todos sus hijos e hijas abandonando la fe de sus mayores».

«Porque tenemos la certeza de que el camino de la descristianización no conduce a ningún futuro de salvación y de verdadera felicidad para el hombre, renovamos hoy, en el Cerro de los Ángeles, aquella solemnísima consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús que hicieran nuestros antepasados en la Iglesia y en la sociedad en el año 1919 para que alumbrara la luz de la verdadera esperanza en aquellos momentos tan cargados de graves incertidumbres no sólo para ella, sino también para Europa y para el mundo».

«Lo hacemos», señaló, «pidiéndole para todas las familias de nuestra patria y para todos los españoles que nos conceda por medio de su Espíritu robustecernos en lo profundo de nuestro ser, que Cristo habite por la fe en nuestros corazones, que el amor sea nuestra raíz y nuestro cimiento (...) que comprendamos y bebamos el amor en su fuente purísima, en el Sagrado Corazón de Jesús! Sólo así podemos ser testigos de la esperanza gozosa y eterna».

«¡Quiera Nuestro Señor Jesucristo reinar hoy y siempre en España, en el corazón de sus hijos y de sus hijas, como lo había prometido al Siervo de Dios, Bernardo de Hoyos!».

Haciendo alusión al Año Jubilar Sacerdotal, que comenzó el pasado viernes, 19 de junio, recordó que «los sacerdotes son los instrumentos imprescindibles de la gracia y del amor salvador de Cristo», y concluyó manifestando su esperanza de que «la renovada consagración de España al santísimo Corazón no cuajará en frutos abundantes de vida y testimonio del amor cristiano sin sacerdotes santos ¡ España, la España de hoy, necesita muchos y santos sacerdotes según el corazón de Cristo!».

La Eucaristía, ha sido concelebrada por el Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Manuel Monteiro de Castro; el Cardenal Prefecto de la Congregación por el Culto Divino, Mons. Antonio Cañizares; los Arzobispos de Valencia, Mons. Carlos Osoro; Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín; Pamplona, Mons. Francisco Pérez; y Mérida-Badajoz, Mons. Santiago García Aracil; el Arzobispo Emérito de Valencia, Cardenal García-Gasco; los Obispos de Getafe, Mons. Joaquín L. de Andújar; Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá; Málaga, Mons. Jesús Catalá; Zamora, Mons. Gregorio Martínez Sacristán; Coria-Cáceres, Mons. Francisco Cerro Chaves; Palencia, Mons. José Ignacio Munilla; Segovia, Mons. Ángel Rubio; Plasencia, Mons. Amadeo Rodríguez Magro; la Seu d` Urgell, Mons. Joan Enric Vives Sicilia; y Jaén, Mons. Ramón del Hoyo López. Y los obispos auxiliares de Madrid, Mons. Fidel Herráez, Mons. César Franco y Mons. Juan Antonio Martínez Camino, sj, y Getafe, Mons. Rafael Zornoza.

Los jóvenes, en vela por el Sagrado Corazón

En la madrugada de ayer se celebró en la Basílica del Santuario una Vigilia de Oración con miles de jóvenes venidos de toda España, organizada por el movimiento Jóvenes por el Reino de Cristo (JRC), con el apoyo del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal. En este lugar se recuerda que el corazón, símbolo del amor, expresa en aquel Monumento el amor de Dios encarnado en un corazón humano.

La Delegación Diocesana de Juventud del Obispado de Getafe quiso «dar gracias a Dios» por suscitar en la Historia políticos «con fe y sin complejos en la vida pública como fue, con aquel gesto, el Rey Alfonso XIII» y expresó su gratitud a los predecesores que al transmitir su fe a las generaciones actuales, «han transmitido una herencia nacional gloriosa, llena de fe y esperanza».

«El joven sabe que es imposible construir el futuro sin el respaldo del pasado», señalaron, al tiempo que destacaron que este hecho invita, como señala su Proyecto Diocesano de Juventud «a una comunión a través del tiempo entre los cristianos, más allá de los revestimientos que la experiencia de la fe haya tenido en las circunstancias accidentales de cada época». Además, la Delegación está convencida de que el problema actual de España no radica tanto en las políticas educativas y juveniles laicistas "cuanto en la secularización de tantos corazones bautizados que al perder su identidad dejan de ser luz en la oscuridad para aquellos que, lógicamente, no generan comunión pues aún no han conocido al Amor".

Oración de consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús

«Hijo eterno de Dios y Redentor del mundo, Jesús bueno, tú que al hacerte hombre te has unido en cierto modo a todo hombre y nos has amado con tu corazón humano, míranos postrados ante tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser y, para vivir más estrechamente unidos a ti, todos y cadauno nos consagramos hoy a tu Sagrado Corazón.
De tu corazón traspasado brota el Amor de Dios, hecho allí visible para nosotros y revelado para suscitar nuestro amor. Ante la generación del nuevo milenio, tan esperanzada y tan temerosa al mismo tiempo, la Iglesia da testimonio de la misericordia encarnada de Dios dirigiéndose a tu Corazón.

Muchos, por desgracia, nunca te han conocido; muchos, despreciando tus mandamientos te han abandonado. Jesús misericordioso, compadécete de todos y atraélos a tu Corazón. Señor, sé rey no sólo de los hijos fieles, que jamás se han alejado de ti, sino también de los hijospródigos que te han dejado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Sé rey de aquéllos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de ti: devuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto seforme un solo rebaño de un solo pastor.

Concede, Señor libertad a tu Iglesia; otorga a todos pueblos y, en particular, a España la paz y la justicia; que del uno al extremo de la tierra no resuene sino esta voz; bendito sea el Corazón divino, causa de nuestra salvación; a él la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén»

Fuente: Religión en Libertad