terça-feira, 2 de junho de 2009

Renovación de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús


«La secularización parece conducirnos a una especie de suicidio espiritual»

El obispo de Palencia, José Ignacio Munilla, será uno de los encargados de dirigir la vigilia de oración que tendrá lugar el próximo 20 de junio en el Cerro de los Ángeles, junto al Sagrado Corazón de Jesús, en el 90 aniversario de la consagración de España por Alfonso XIII.

(Analisis digital/ReL) El pasado 30 de mayo se cumplieron noventa años de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús por el rey Alfonso XIII. Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, presidirá junto a monseñor Francisco Cerro, obispo de Coria-Cáceres, la Vigilia Juvenil el sábado 20 de junio en el Cerro de los Ángeles (Getafe, Madrid).

¿Cómo se van a desarrollar los actos y en qué van a consistir?

La renovación de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús se hará durante la Santa Misa que se celebrará el domingo 21 de junio, en la explanada del Cerro de los Ángeles. La noche anterior, desde la medianoche hasta las 8.30 de la mañana, los jóvenes tendrán una noche de vigilia y adoración en el interior del Santuario (donde, por cierto, estarán las reliquias de Santa Margarita María de Alacoque).

Al mismo tiempo, en muchos lugares de España se unirán numerosos fieles a esta renovación de la consagración el viernes 19, día de la solemnidad del Corazón de Jesús, coincidiendo con el inicio de año jubilar sacerdotal.

¿Cómo se gestó la idea de conmemorar el feliz aniversario?

La idea nace del obispo de Getafe, monseñor Joaquín López de Andújar, quien invitó al arzobispo de Madrid y Presidente de la CEE a que la hiciera suya. Dado que es un acontecimiento que supera el ámbito diocesano -por motivo de tratarse de una consagración nacional- monseñor Antonio María Rouco extendió la invitación, en la última Plenaria, a todos los obispos y fieles de España que puedan acudir.


¿Qué significado tiene celebrar el 90 aniversario de la consagración de España al Corazón de Jesús?

Supone tener una clara conciencia del delicado momento que vivimos, en el que la secularización parece conducirnos a una especie de «suicidio espiritual»: siembra de la cultura de la muerte, manipula nuestra historia y rechaza sus raíces cristianas, además del fracaso escolar generalizado, las rupturas familiares. Pero, sobre todo, desconoce del don de Dios.

En esta situación, no dejamos de realizar nuestra propia autocrítica, y llegamos a una conclusión: volvamos al «amor primero» (Ap 2, 3). Es lo que expresamos con la invocación «Corazón de Jesús, ¡en ti confío!»


¿Cómo el Corazón de Jesús puede abrirnos a la misión en estos tiempos difíciles en los que los católicos estamos siendo tan atacados? ¿Resulta apropiado rezar al Sagrado Corazón para la conversión de nuestros políticos?

El laicismo agresivo no es sino un indicio de las fracturas interiores del hombre, es decir, del corazón roto. Cuando el ser humano se cierra al misterio del Amor, paradójicamente, «mendiga» afectividad; y lo suele hacer de una forma autodestructiva y hasta ofensiva.

Presentar la espiritualidad del Corazón de Jesús en estos momentos es sinónimo de ir a lo esencial, poniendo el dedo en la llaga: el mal de nuestro tiempo es un mal del corazón. Las ideologías anticristianas no dejan de ser un recurso propio de quien «saca pecho», pretendiendo ignorar o disimular la realidad de su corazón herido.


¿Qué nos diría hoy el Corazón de Jesús a los españoles?

Nos diría exactamente lo mismo que transmitió hace dos milenios: «tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único como propiciación por nuestros pecados» (Jn 3, 16). La causa de la infelicidad del hombre es ésta y no otra: la falta de conciencia del amor que Dios nos tiene. Sigue resonando entre nosotros el mensaje de santa Margarita: «¡El amor no es amado!»

Los jóvenes de hoy en día, ¿cómo pueden demostrar al Corazón de Jesús la cercanía de su fe? ¿De qué modo les puede ayudar?

Cada vez son más los jóvenes que han alcanzado la necesaria autoestima, gracias al conocimiento del Amor de Dios: «Si Dios me quiere, ¿cómo me voy a seguir despreciando o a continuar amargado?»

Una de las formas más auténticas de demostrar nuestro amor a Dios, es responder a su llamada en «espíritu de reparación». ¡Queremos recuperar el tiempo perdido de nuestra vida! Dicho de otra forma, nos sentimos corresponsables de lo que ocurre a nuestro alrededor, y nos entregamos decididamente en la construcción del Reino de Dios, que es justicia, amor y paz.

Fuente: Religión en Libertad